La vidilla de Vashisht

Me acerco a mi ultimo mes de estancia en tan agradable lugar, Vashisht, un oasis de paz en la caotica India. El turismo ha bajado, hace mas frio y la calma lo invade todo. La vida discurre como una agradable rutina, trabajando en el taller, dando vuelta por las aguas termales, viendo pelis y poco mas...
no me puedo quejar, la verdad...

Mi estudio



Mis vecinos

Esto, aunque no lo parezca, pasa a menudo

Leh is different

El espectacular monasterio budista de Thiksey, un Potala a las afueras de Leh y sin chinos...

Devoto ladakhi

Edel en Leh con el Himalaya de fondo

Palacio real de Leh y monasterio budista en la cumbre, para subir nos hicieron falta 3 paraditas para coger aire

Brian, Miguel, Z y yo

Leh

Tras dos dias de bus en carreteras de 5000m de altura llegamos a Leh. Ya los pueblos cercanos a la ciudad anunciaban algo diferente a lo que estabamos acostumbrados en India. En cada pueblo veiamos enormes ruedas de oracion, ancianos de cabeza afeitada y tunica color rojo oscuro y gigantescos stupas con forma de mandala. Definitivamente, estabamos mas cerca de Tibet que de India.
Y es que India, con una poblacion de 1.200 millones de personas y una convulsa historia, es una amalgama de mayoritariamente hinduismo, seguido de cerca por el Islam, y aderezado de sikhs, jains, parsis, cristianos y una enorme comunidad budista en los estados de Himachal Pradesh y Ladakh.
A su vez, muchos hinduistas adoran al buda en un acto de apropiacion religiosa, considerando a siddartha como basicamente una de las multiples reencarnaciones de Vishnu.
Esta pluralidad religiosa es mas compleja y peligrosa de lo que parace y dista mucho de ser la meca de la espiritualidad que muchos ashrams venden a sus acolitos, durante el ultimo mes, disturbios entre hindus y musulmanes en el estado de Cachemira han dejado decenas de muertos, mientras en Orissa, radicales hindues quemaban iglesias catolicas y mataban a los que estaban dentro acusandoles de proselitismo.
Nosotros procuramos mantenernos al margen de fanatismos y nos encerramos en un centro de meditacion durante unos dias. Fundado por un monje budista, el Mahabodhi meditation centre es un oasis de paz y tranquilidad a las afueras de Leh. La fundacion incluye un colegio, un asilo de ancianos, un hospital y un centro para ciegos e impedidos, incluyendo leprosos y disminidos psiquicos.
No siendo un lugar adecuado para gourmets, la dieta diaria se limitaba a arroz, chapati y dal ( pan acimo y salsa de lentejas con picante) para desayunar, comer y cenar.
El primer rezo de la manyana era a las 5.30 y nos juntabamos con los little buddhas en su meditacion matutina. La experiencia fue reparadora y tras este intervalo, nos dedicqmos a explorar el valle mas intensamente. Visitamos monasterios budistas del siglo XV, nos deleitamos con las complejas pinturas murales de mitologia budista y sus intrincadas decoraciones, nos impresionamos con los gigantescos budas de mas de 5 metros de altura y nos quedamos boquiabiertos observando el paisaje desde los escarpados picos donde se yerguen los templos, el valle del rio Indo, anclado en entre el cielo y la tierra, en el techo del mundo.